Sobre Editorial "Iglesia y politiquería" de El Colombiano
Señora Directora,
Valiente, oportuno y atinado es el editorial “Iglesia y politiquería”, que se refiere a la reciente intervención de algunos Obispos del país en el tema de la posible reelección presidencial.
Valiente plantear públicamente un respetuoso llamado de atención a quienes, por su ministerio, deben ser ante todo pastores. Oportuno porque la insistencia de algunos prelados en el tema empieza a preocupar y a generar confusión en tantos católicos de a pié. Y atinado porque el editorial consulta los principios de la Doctrina social de la Iglesia y de la misión sacerdotal.
Ojalá aquellos prelados que han cedido a la tentación mediática de opinar sobre cuestiones estrictamente políticas, recuerden que el mundo espera que la Iglesia sea ante todo una fecunda fuerza moral y espiritual. Y que, una sana laicidad supone reconocer que “es propio de la estructura fundamental del cristianismo la distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios, esto es, entre Estado e Iglesia o, como dice el Concilio Vaticano II, el reconocimiento de la autonomía de las realidades temporales […] la construcción de un orden social y estatal justo […] es una tarea fundamental que debe afrontar de nuevo cada generación. Tratándose de un quehacer político, esto no puede ser un cometido inmediato de la Iglesia […] La Iglesia no puede ni debe emprender por cuenta propia la empresa política de realizar la sociedad más justa posible. No puede ni debe sustituir al Estado” como recordaba Benedicto XVI en su primera encíclica.
Atentamente,
Iván Garzón Vallejo.
Publicado en El Colombiano, Medellín, 10 de julio de 2009, p. 2A.
El Editorial puede leerse en:
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/I/iglesia_y_politiqueria/iglesia_y_politiqueria.asp
Bogotá, 11 de julio de 2009.
Valiente, oportuno y atinado es el editorial “Iglesia y politiquería”, que se refiere a la reciente intervención de algunos Obispos del país en el tema de la posible reelección presidencial.
Valiente plantear públicamente un respetuoso llamado de atención a quienes, por su ministerio, deben ser ante todo pastores. Oportuno porque la insistencia de algunos prelados en el tema empieza a preocupar y a generar confusión en tantos católicos de a pié. Y atinado porque el editorial consulta los principios de la Doctrina social de la Iglesia y de la misión sacerdotal.
Ojalá aquellos prelados que han cedido a la tentación mediática de opinar sobre cuestiones estrictamente políticas, recuerden que el mundo espera que la Iglesia sea ante todo una fecunda fuerza moral y espiritual. Y que, una sana laicidad supone reconocer que “es propio de la estructura fundamental del cristianismo la distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios, esto es, entre Estado e Iglesia o, como dice el Concilio Vaticano II, el reconocimiento de la autonomía de las realidades temporales […] la construcción de un orden social y estatal justo […] es una tarea fundamental que debe afrontar de nuevo cada generación. Tratándose de un quehacer político, esto no puede ser un cometido inmediato de la Iglesia […] La Iglesia no puede ni debe emprender por cuenta propia la empresa política de realizar la sociedad más justa posible. No puede ni debe sustituir al Estado” como recordaba Benedicto XVI en su primera encíclica.
Atentamente,
Iván Garzón Vallejo.
Publicado en El Colombiano, Medellín, 10 de julio de 2009, p. 2A.
El Editorial puede leerse en:
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/I/iglesia_y_politiqueria/iglesia_y_politiqueria.asp
Bogotá, 11 de julio de 2009.
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