Memorias de una dama, de Santiago Roncagliolo
El protagonista de la última novela de Santiago Roncagliolo, Memorias de una dama, es un escritor que, como tantos, ha decidido probar suerte instalándose en una ciudad europea. Mientras logra que el éxito literario le sonría, vive al día como un pobre emigrante sudamericano más en Madrid. Por eso, cuando una acaudalada dama dominicana cuya vida parisina transcurre entre cócteles y reuniones sociales, le ofrece escribir las memorias de su vida célebre, su cielo parece abrirse y la oportunidad de su vida se presenta ante sus ojos: una buena historia y un buen salario mensual para poderse dedicar a lo único que sabe y quiere hacer en su vida: escribir.Sin embargo, él no sabe que el libro que está por escribir está relacionado directamente –por ojos de su protagonista– con personas muy poderosas del Caribe: los dictadores Trujillo y Batista, la CIA, Mussolini, y la propia familia Minetti, cuyos miembros no tienen precisamente la historia de una familia unida y feliz para mostrar, sino todo lo contrario.
La novela pretende recrear algunos aspectos de la vida de las clases altas caribeñas en la primera década del siglo XX. El estilo ágil de la historia de Roncagliolo –mejor lograda y documentada a mi juicio que Abril rojo– hacen de este libro una obra envolvente de principio a fin. Pero no sólo se trata de una novela bien escrita, gran mérito de cualquier libro. La propia historia es rica en el drama humano que recrea, principalmente el del protagonista, y de la encopetada dama venida a menos.
El drama del escritor mediocre consiste en que se da de bruces con el hecho de que para triunfar en el campo literario no sólo se requiere talento y dedicación. Su falta de contactos en el mundo editorial, su pobreza, y hasta su origen sudamericano hacen que el éxito esté muy lejos de lo que creyó antes de dejar de su Lima natal. Sin embargo, el drama de su vida no sólo es profesional: su egocentrismo le impiden llevar una relación seria con Paula, su novia brasilera; y tratar con mayor dignidad a Javi, su patético amigo español, el cual se resiste a tomar las riendas de su propia vida, pero que, paradójicamente, le da lecciones de generosidad. Su arribismo hace que las relaciones con los demás sean profundamente interesadas, lo cual convierte a este escritor no sólo mediocre como tal, sino también como persona.
El drama de Diana Minetti está detallado en la historia misma de la novela, y se podría resumir en la situación de una mujer cuyo padre la consideró incapaz toda su vida de hacer algo por ella misma (imagen que ella se encargó de afianzar), y por eso, en el contexto de sociedades machistas como las latinoamericanas de principios de siglo, siempre fue tratada como una desvalida y por lo tanto, inútil. A la sombra de su padre, nunca encontró su lugar en el mundo. Ni en Santo Domingo, ni en La Habana, ni en Miami. Quizás solamente en París, aunque eso sería en el último tramo de su vida y en soledad. Como si fuera poco, quizás el mayor drama de Diana Minetti sea haber sido objeto de una atroz injusticia: fue despojada por su hermano y su propio hijo de su legítima participación en la herencia de su padre.
A riesgo de darle pistas al lector del desenlace de la obra, el hecho de que las memorias de esta dama no fueran publicadas por la indecisión y el temor del escritor es desconcertante, y frustrante. Porque como lector es la última esperanza que tenía de reivindicar la vida de Diana Minetti, contarle al mundo la injusticia de la que ha sido víctima. Pero también la posibilidad de evidenciar que algunas de las familias más prestigiosas de Latinoamérica construyeron sus fortunas de forma ilícita e inmoral: vendiéndole su conciencia a quienes gobernaban el país a cambio de que no importunaran sus negocios, traficando drogas, corrompiendo funcionarios oficiales, y sobre todo, poniendo los apetitos económicos por encima de cualquier consideración de sangre, con lo cual, terminaron como la familia Minetti: peleados indefinidamente y en forma irreconciliable.
Antes de finalizar, un breve comentario crítico al margen: el escritor peruano introduce su propio nombre en la narración, como si fuese allí un prometedor novelista paraguayo, y aunque es descrito como alguien engreído y adulador que no le agrada a nuestro personaje precisamente por ello, me parece infortunada la fórmula del autor de participar con su nombre verdadero en el relato. No se entiende muy bien. Pero sobretodo, detrás de la sátira o la burla de sí mismo que pretende hacer Roncagliolo se percibe el eco de la vanidad y la autopromoción de quien se está convirtiendo en un referente del actual momento de la literatura latinoamericana.
En síntesis, la prosa de Santiago Roncagliolo en Memorias de una dama, los dramas humanos que revelan esta novela, el interesante relato de una época vital para la historia latinoamericana como es la de mediados del siglo veinte, cuyos perfiles dictatoriales aún se ciernen sobre el continente (aunque con matices posmodernos), así como las penurias en el sueño europeo que vive el fracasado escritor (en quien se pueden retratar muchos jóvenes contemporáneos), hacen de éste un libro bien escrito e interesante que vale la pena leer.
Bogotá, 6 de julio de 2009.
Bogotá, 6 de julio de 2009.
Comentarios
En general debo decir que estoy impresionada por esa obra descrita, tengo que leerla, realmente no solo nos ayudaría como enriquecimiento literario sino como una estructura para nuestra vida, los dramas humanos que nos rodean nos hacen traer conclusiones para nuestra propia vida.
Excelente texto, y debe ser una excelente obra sin lugar a duda.