Sinceridad como defecto
Pocos piensan que un concurso de belleza lo gana la mujer más linda, con mejor silueta y preparación intelectual. La política, que lo ha invadido todo, también se ha hecho parte de estos certámenes. Esa lección la aprendimos acá cuando tres candidatas (Paola Turbay, Paula Andrea Betancurt y Carolina Gómez) quedaron en el segundo lugar del concurso de Miss Universo durante tres años consecutivos. En los noventa había razones de sobra para que una Miss Universo no fuera colombiana. Pues bien, el último escándalo que circula en Youtube y las redes sociales (Twitter y Facebook) tiene que ver con la respuesta políticamente incorrecta de una de las finalistas del concurso de elección de la señorita Estados Unidos. En la tradicional ronda de preguntas (de la que han salido respuestas memorables), a la candidata del estado de California, Carrie Prejean, le preguntaron su opinión acerca de los matrimonios entre gays.Uno de los miembros del jurado, Perez Hilton, reconocido activista homosexual, le preguntó que si creía que todos los estados norteamericanos debían seguir el ejemplo de Vermont, que se había convertido recientemente en el cuarto estado de la Unión en legalizar el matrimonio gay. La hermosa rubia contestó que en su país, y en su familia, el matrimonio debía ser entre un hombre y una mujer. “Sin ofender a nadie, pero así es como me criaron y así es como creo que debe ser: entre un hombre y una mujer”. Ahí fue troya. Después del certamen este jurado no sólo la insultó públicamente, sino que aseveró que había perdido la corona por esa respuesta. El dueño del show, Donald Trump, salió a apagar el incendio diciendo que tan sólo tuvo mala suerte. Después del concurso y para colmo de incorrección, la mujer reiteró su respuesta, y señaló que fue educada en no sacrificar sus convicciones por cualquier cosa. Y que además, siente que ganó el reinado. De hecho hoy pocos se acuerdan del nombre de la ganadora.
El caso me parece muy sintomático de la forma como se vive el relativismo en la sociedad actual: se dice que todas las opiniones son respetables, que no hay una sola verdad y por ello cada cual tiene el derecho a afirmar lo que piensa. Sin embargo, al mismo tiempo hay mitos, dogmas, metodologías, cifras, y hasta opiniones que se van asumiendo socialmente y en ciertos ámbitos como incuestionables e irrefutables. Quien osa cuestionarlas, ya sea desde perspectivas científicas u opiniones diferentes, se enfrenta con el rostro más beligerante del relativismo: es denostado, excluido y ninguneado (cuando no insultado como Prejean). O, en el mejor de los casos, etiquetado como fanático, retrógrado o irracional, cosa que, evidentemente, deslegitima cualquier posibilidad de diálogo o de comprensión de las diversas posiciones.
Aunque sociológicamente aún es muy incipiente, tengo la impresión de que una de esas ideas incontrovertibles de nuestro tiempo es la favorabilidad legal a las uniones entre homosexuales. Parecería que estar en desacuerdo con la discriminación o criminalización de quienes tienen esta orientación no es suficiente. Lo políticamente correcto indica aprobar irrestrictamente un tratamiento constitucional y legal de estas uniones que sea absolutamente equiparable al matrimonio heterosexual, y ello para todos los efectos culturales. Por ello, no parece casualidad que varias páginas de internet y blogs se refieran a Prejean como “miss homófoba”.
En diversos lugares del mundo cada día hay más evidencias concretas de aquello que alguien llamó “la dictadura del relativismo”. Claro, cuando acuñó este potente concepto casi lo crucifican: se había atrevido a llamar las cosas por su nombre.
Apostilla: Nacional ya perdió este semestre. Ojalá los dueños, directivos y jugadores entiendan que la mejor hinchada del país no merece este vergonzoso resultado. Se necesita un técnico con experiencia, dejar de traer jugadores veteranos, fortalecer las inferiores, y meterse la mano al bolsillo. La meta es volver a ganar la copa que se obtuvo hace ya 20 años: la Libertadores.
Publicado en El Mundo, Medellín, 30 de abril de 2009.
Comentarios
A veces pienso que, al paso que vamos, a los heterosexuals nos va tocar reivindicar nuestros derechos..