Si Dios no existe…

Una vez más, importantes publicaciones tratan en sus páginas (y como tema de portada) el debate contemporáneo en torno a la relación entre la política y la religión. Se ha vuelto un tema de moda que, dicho sea de paso, obedece al etnocetrismo moderno occidental que, bajo la férrea crítica ilustrada de la religión creyó que ésta se había extinguido para siempre, del mismo modo que se extinguieron los mitos griegos. Hoy, por cuenta de la globalización de las comunicaciones nos enteramos por los medios informativos que el Islam nunca entró en dicha onda, y que además, existen buenas razones para poner a prueba las tesis weberianas del desencantamiento del mundo. Quizás la principal es que hoy en día las religiones siguen desempeñando un papel en el ámbito público.

Aunque sea por moda y a pesar de que despierta asombro en muchos, lo cual revela las grietas del discurso políticamente correcto de las élites políticas e intelectuales de Occidente, hay que celebrar que el tema siga siendo objeto de deliberación pública. Esta vez es la revista mexicana Letras Libres, dirigida por Enrique Krauze, la que en su más reciente edición, y desde los géneros del ensayo y de la entrevista, congrega a autores como Lezlek Kolakowski, Mark Lilla, Fernando Savater, Steven Weinberg, y John Gray para examinar el complejo fenómeno de la relación entre política y religión en el contexto contemporáneo (hay que aclarar que algunos de los textos ya habían sido publicados en lengua inglesa).

Además de las entrevistas al filósofo polaco y al intelectual público estadounidense, recomiendo ampliamente el ensayo “El espejismo ateo” de John Gray, profesor de London School of Economics and Political Science en el que traza una aguda crítica de las últimas publicaciones de autores como Hitchens, Dawkins, Dennet, Onfray, Amis, y A.C. Grayling, acerca de la irreligiosidad, todas ellas récord en ventas, en las que según el teórico liberal, además de las imprecisiones históricas, el desconocimiento de las tradiciones religiosas, y el romanticismo ante las religiones políticas seculares del siglo XX, en dichas obras subyace una suerte de ateísmo evangélico que combina el alarde científico y racionalista con la pretensión de promover una conversión universal a la increencia. Para Gray, este ateísmo fervoroso emula la misma fe que rechaza, y en último término, se niega a reconocer que el ethos cristiano de Occidente pone de manifiesto la incoherencia del discurso laicista, una tesis que desarrolla en su último libro, Misa negra. La religión apocalíptica y la muerte de la utopía, que espero poder comentar próximamente en este espacio.

La dirección electrónica de la revista es: http://www.letraslibres.com/

Bogotá, 13 de marzo de 2009.

Comentarios

Leí el ensayo del espejismo ateo de John Gray y de acuerdo con eso, es muy cierto la forma de visualizar las religiones, y aun así mas el cristianismo, que a un futuro se ve específicamente borroso, la tecnología, ciencia y los sucesos que ponen en trascendencia parte de la historia de la humanidad, hacen ver las religiones como una piedra en el zapato para el hombre, y mas aun si estas religiones se apoyan en la libertad y la voluntad de cada individuo y esto es como un atropello para el hombre, un atropello para el progreso lo cual en un futuro no muy lejano la moda será un ateismo oculto dentro de un llamado liberalismo, y la religión será el mas rentado negocio ya que la compasión será el rechazo de varias naciones, ahora se ve mas que nunca entre nosotros los jóvenes como un agnosticismo como la mejor ruta para la solución de problemas morales e éticos.
Diego Sazo dijo…
Estimado Iván:

Que bueno que tu también expongas sobre este tema que para algunos parece superado. Me parece interesante además lo que expone el profesor Gray, respecto a que en el fondo del argumento existe una inversión en la argumentación, pero que en rigor "emula la misma fe que rechaza", tal como bien señalas.

saludos desde Chile.
Unknown dijo…
Todo tu trabajo intelectual se resume en un suspiro y una carcajada. Como diría alguién, para la mayoria de los hombres la vida real es aquella que no llevan.
Estimado José Obdulio,

Sería más desafiante intelectualmente que su aporte en este foro fuera con ideas y no con descalificaciones personales.
Es más constructivo.

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