La élite universitaria
El último ranking de las mejores universidades del mundo elaborado por The Times Higher Education no ha mostrado mayores novedades. En el primer puesto, Harvard, seguida por Cambridge, Oxford y Yale. No hay novedad tampoco que en escasa presencia de universidades latinoamericanas en la lista de las 400 mejores. Aparecen allí las universidades de Sao Paulo (175), Campinas (177), Autónoma de México (192), Católica de Chile (239), Buenos Aires (264), Chile (312), y Federal de Río de Janeiro (338).
¿Qué tienen las universidades anglosajonas para ocupar los 10 primeros lugares de la lista? Influencia en la sociedad, alta calidad en la investigación, contribución al desarrollo económico, cuantiosos recursos generados por donaciones de los egresados.
Para competir en las grandes ligas universitarias, en América Latina necesitamos que muchas universidades no sigan siendo centros profesionalizantes atentos exclusivamente a las demandas del mercado, invertir en más y en mejor investigación, reinvertir los recursos económicos generados en las propias tareas universitarias, propiciar un mayor contacto e impacto en la realidad social y cultural del continente, fomentar la especialización de los profesores así como la dedicación de estos a la vida académica, al menos a tiempo parcial.
Buenos Aires, 1 de Septiembre de 2008.
El último ranking de las mejores universidades del mundo elaborado por The Times Higher Education no ha mostrado mayores novedades. En el primer puesto, Harvard, seguida por Cambridge, Oxford y Yale. No hay novedad tampoco que en escasa presencia de universidades latinoamericanas en la lista de las 400 mejores. Aparecen allí las universidades de Sao Paulo (175), Campinas (177), Autónoma de México (192), Católica de Chile (239), Buenos Aires (264), Chile (312), y Federal de Río de Janeiro (338).
¿Qué tienen las universidades anglosajonas para ocupar los 10 primeros lugares de la lista? Influencia en la sociedad, alta calidad en la investigación, contribución al desarrollo económico, cuantiosos recursos generados por donaciones de los egresados.
Para competir en las grandes ligas universitarias, en América Latina necesitamos que muchas universidades no sigan siendo centros profesionalizantes atentos exclusivamente a las demandas del mercado, invertir en más y en mejor investigación, reinvertir los recursos económicos generados en las propias tareas universitarias, propiciar un mayor contacto e impacto en la realidad social y cultural del continente, fomentar la especialización de los profesores así como la dedicación de estos a la vida académica, al menos a tiempo parcial.
Buenos Aires, 1 de Septiembre de 2008.
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