Una sola izquierda
Los abrazos de los presidentes en Santo Domingo en la reunión del Grupo de Río pusieron fin a lo que podía terminar muy mal entre Ecuador, Venezuela y Colombia. A pesar del entusiasmo que suscitó el desenlace final, el cual fue visto por televisión a la manera de un reality show (con los componentes de dramatismo que éstos tienen), la situación ha reconfigurado el mapa político de América Latina.
Lo más determinante es que en la región no hay dos izquierdas (como se ha dicho en los últimos años) sino una sola. El conflicto generado por cuenta de una incursión militar colombiana en la zona fronteriza con Ecuador evidenció que el proyecto chavista puede sacar los mayores réditos pues tiene el dinero para asegurarse afectos y adhesiones diplomáticas en momentos clave por cuenta de obras de infraestructura, subsidios y maletas millonarias que financian desde campañas presidenciales hasta operaciones de las FARC. Pero además porque la izquierda latinoamericana coincide en su condena de lo que es visto como militarismo, guerrerismo, y en último término, en su rechazo al combate contra los grupos insurgentes armados, por ello en esta situación, Uribe quedó como en un sándwich pues su política de Seguridad Democrática es básicamente eso: combate a los grupos guerrilleros.
Los mandatarios latinoamericanos parecen seguir creyendo en la lucha armada, claro, siempre que cobre sus víctimas fuera de las propias fronteras, y, como el reconocimiento de la simpatía por las guerrillas genera pudor (no a Chávez y Ortega), por eso, quienes han aparecido en las fotos con Raúl Reyes –desde los universitarios mexicanos, Etchegaray el comunista argentino, hasta el ministro Larrea de Ecuador– han dicho que estaban haciendo gestiones humanitarias para la liberación de los secuestrados. Seguro.
Arequipa, 26 de marzo de 2008.
Los abrazos de los presidentes en Santo Domingo en la reunión del Grupo de Río pusieron fin a lo que podía terminar muy mal entre Ecuador, Venezuela y Colombia. A pesar del entusiasmo que suscitó el desenlace final, el cual fue visto por televisión a la manera de un reality show (con los componentes de dramatismo que éstos tienen), la situación ha reconfigurado el mapa político de América Latina.
Lo más determinante es que en la región no hay dos izquierdas (como se ha dicho en los últimos años) sino una sola. El conflicto generado por cuenta de una incursión militar colombiana en la zona fronteriza con Ecuador evidenció que el proyecto chavista puede sacar los mayores réditos pues tiene el dinero para asegurarse afectos y adhesiones diplomáticas en momentos clave por cuenta de obras de infraestructura, subsidios y maletas millonarias que financian desde campañas presidenciales hasta operaciones de las FARC. Pero además porque la izquierda latinoamericana coincide en su condena de lo que es visto como militarismo, guerrerismo, y en último término, en su rechazo al combate contra los grupos insurgentes armados, por ello en esta situación, Uribe quedó como en un sándwich pues su política de Seguridad Democrática es básicamente eso: combate a los grupos guerrilleros.
Los mandatarios latinoamericanos parecen seguir creyendo en la lucha armada, claro, siempre que cobre sus víctimas fuera de las propias fronteras, y, como el reconocimiento de la simpatía por las guerrillas genera pudor (no a Chávez y Ortega), por eso, quienes han aparecido en las fotos con Raúl Reyes –desde los universitarios mexicanos, Etchegaray el comunista argentino, hasta el ministro Larrea de Ecuador– han dicho que estaban haciendo gestiones humanitarias para la liberación de los secuestrados. Seguro.
Arequipa, 26 de marzo de 2008.
Comentarios
Además, mientras Chávez siga poseyendo los medios necesarios para ayudar a estos grupos armados, es muy difícil que esta situación mejore