NO
En plena pandemia, la Presidencia y la Judicatura compraron camionetas blindadas para el cortejo vial de nuestros emperadores criollos. Dicen que a futuro significará un ahorro, que la autorización es del 2019, que ya era hora de cambiarlas... No se han dado cuenta.
Un par de días después, nos enteramos que el Ejército sigue chuzando. Ya no hay guerrilla en las goteras de las ciudades ni "terroristas vestidos de civil", pero lo siguen haciendo. La Fuerza Pública al servicio de los odios de un puñado de fanáticos. Y nadie responde, como siempre. No se han dado cuenta.
La nueva semana comenzó con una compra pública firmada en la víspera de un insípido puente del día del trabajador que, cómo no, le da trabajo a un ejército de community managers e influencers para el "posicionamiento online del Presidente" por casi 3.500 millones de pesos, como si eso le importa a alguien más que a los que están pasando la cuarentena en Palacio. No se han dado cuenta.
Es imposible no pensar que mientras esto ocurre, hay muchas personas (¿cuántas?) que no tienen qué comer y sacan trapos rojos a sus ventanas para pedir ayuda. Que los expertos calculan que el desempleo se triplicará. O que hay gente cercana a la que no les llega la publicitada ayuda de ese Estado derrochón (qué ironía) porque "nunca contestan en el teléfono que me dio, Don Iván"... No se han dado cuenta.
La nación es un plebiscito cotidiano, decía Renán. En Colombia hay días que provoca votar NO.
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