Paren el mundo que me quiero enterar, de Antonio Navalón

Como aún no ha pasado el chaparrón de la posmodernidad, despierta cierto asombro encontrarse con publicaciones que reivindican interpretaciones generales de la realidad mundial, más aún, si dicho intento lleva consigo un fuerte componente histórico. Paren el mundo que me quiero enterar. Guía para comprender los conflictos de nuestro tiempo, es un libro que lleva a cabo la ingente tarea de esbozar una panorámica del mundo actual, retrotrayéndose a los hechos más relevantes del siglo XX. De este modo, desde la Gran Guerra hasta el 11-S, pasando por la guerra de Corea y la revolución iraní, el español Antonio Navalón pasa revista de los hechos políticos de mayor impacto que ocurrieron en la centuria anterior, y de los cuales somos herederos.
Aunque el texto posee una prosa ágil, tiene el defecto de abusar de los lugares comunes y de dejar al paso metáforas incomprensibles o erróneas. Esa impresión me quedó del diagnóstico de la situación de España, Colombia, y Estados Unidos, entre otros. De la posguerra civil de la Madre Patria se señala por ejemplo: “Es necesario rendir homenaje a los comunistas españoles porque al final fueron los únicos que durante el franquismo pagaron con sangre el valor de sus ideas. Afortunadamente, la democracia y las aspiraciones mayoritarias de los españoles valieron más que la sangre” (p. 210). Acerca de la situación colombiana, Navalón escribe: “Uribe, que en 1983 lloró el asesinato de su padre a manos de las farc (aunque éstas aún lo niegan), quizá ha vuelto a llorar lágrimas de frustración al aquilatar las consecuencias de haber brindado su apoyo a la creación de un ejército paralelo tan grande y poderoso como el regular” (p. 247). Como puede comprobar cualquiera que examine documentación seria al respecto, las dos afirmaciones son ligeras e infundadas.

No obstante, más allá de los lapsus argumentativos, explicables benévolamente por la ambición de la propuesta del texto, así como por el género empleado por el autor, considero que Paren el mundo que me quiero enterar. Guía para comprender los conflictos de nuestro tiempo constituye una propuesta interesante y ágil que permite dar un repaso global e histórico a algunos de los lugares y los acontecimientos políticos más significativos de nuestro tiempo. No cabe duda que la generalidad de un texto de esta naturaleza deviene en superficialidad de algunos temas, y de hecho, el tono del libro es más periodístico que académico, aunque el autor es actualmente profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El libro está dividido en tres partes. La primera responde a la pregunta “¿Qué pasó en el siglo XX que no supimos ver?” A pesar de lo sugestivo de la pregunta (sobre todo en su segunda parte), me parece que los hitos del breve siglo XX son descritos básicamente a la usanza de la historiografía occidental. Quizás lo novedoso son las referencias literarias a las que alude el autor pues las considera apropiadas para entender dicho momento. La segunda parte constituye una ingeniosa propuesta para abordar la realidad contemporánea, ligando los sucesos políticos a determinados lugares considerados estratégicos por su geografía, su historia, o su rol regional o internacional. En este apartado es muy sugerente el análisis de India, Japón, China, así como el papel propagandístico que han tenido los Juegos Olímpicos para los Estados anfitriones. Brasil, uno de los líderes regionales con mayor proyección en la arena política internacional es el gran ausente de este aparte y del texto en general. La tercera parte, titulada “Cuando el destino nos alcance” es un análisis de la crisis económica global, que sobresale por su claridad y su minucioso recuento de los hechos de los últimos años, y sobre todo por tomar como referencia a Estados Unidos y a China como actores protagónicos del devenir financiero global: “La economía de Estados Unidos hace muchos años que dejó de ser esencialmente productiva para convertirse esencialmente en una economía de servicios, dejando la responsabilidad de la producción industrial en manos de ese enigma que es China” (p. 279).

La propuesta de este libro es sugestiva, como quiera que, por cuenta de la globalización, los fenómenos políticos, económicos, sociales, religiosos y culturales están cada vez más entrelazados. Es cierto que a la tendencia posmoderna influenciada por Lyotard de remitirse única y exclusivamente a los pequeños relatos se suma la creciente especialización de las ciencias sociales, para las cuales es considerado como políticamente incorrecto formular teorías generales o explicaciones globales. No obstante, en un mundo interconectado como el nuestro, hay materias que requieren un enfoque de esta naturaleza. En efecto, para comprender la política y la economía actual se hacen imprescindibles estudios de este alcance, toda vez que en los asuntos de mayor impacto global intervienen factores que involucran a varios Estados y a fenómenos transnacionales. En este sentido, el análisis de Navalón es emprendido desde la política oficial. Es decir, el libro gira sobre el paradigma moderno del poder, un esquema vertical en el cual el Estado y sus gobernantes tienen un papel preponderante, y por lo tanto los sucesos políticos y económicos se explican desde sus decisiones y acciones. Sin embargo, tal paradigma viene siendo superado por los hechos, y por consiguiente, es preciso formular una perspectiva de los fenómenos políticos y económicos desde el subsuelo u horizontal, es decir, un enfoque que considere el influjo de las economías informales, las mafias y las redes delincuenciales, así como desde la sociedad civil. En el devenir de los asuntos mundiales, todos estos actores han ido cobrando una creciente relevancia. Sin comprender sus dinámicas, cada vez será más difícil estar enterados de lo que está pasando realmente en el mundo. Incluso aunque este se detenga.

Bogotá, 24 de noviembre de 2009.

Comentarios

Anónimo dijo…
ESTA PAGINA ES MUY BUENA PERO EN SI NO ME DICE LO QUE NECESITO

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