Mosaico de Ateología (o prejuicios)
Como Dios y la religión han vuelto al debate público, tocaba leer la versión criolla de nuestros ateos y agnósticos titulada "Manual de Ateología". Me decepcionó principalmente por el bajísimo nivel argumentativo con el que los autores abordan el problema de la existencia de Dios. Salvo contadas excepciones, el pretendido manual parece por pasajes una colección de prejuicios anti-religiosos que datan de la época escolar, cosa ya por sí misma sospechosa, pues finalmente, ¡todos superamos la adolescencia!. Los autores no logran explicar convincentemente por qué dichas incoherencias o formas religiosas distorsionadas constituyen un argumento suficiente para el ateísmo. ¿No es una conclusión ilógica y simplista?Sorprende el carácter extemporáneo de los ensayos. Es decir, que el argumento más socorrido para afirmar la inexistencia de Dios sea la incompatibilidad entre la fe y la razón, así como el presunto desprecio de la Iglesia por la ciencia, y la definición de la religión como algo supersticioso, fantasioso, inverosímil e imaginario, pues tal categorización es propia del siglo dieciocho. Para esta concepción, el ateo es hombre de ciencia, racionalista desde su más tierna infancia, como confiesan sin pudor varios autores de este mosaico. Dato curioso, si se tiene en cuenta que la niñez es una etapa en la que, particularmente, se aceptan muchas cosas por confianza en los demás. Para los autores, los creyentes (católicos, sobretodo), son seres irracionales, ilusos, ingenuos, cuando no fanáticos. Menores de edad.
El planteamiento de que la fe es irracional, y la religión una creación imaginativa del espíritu humano es, a fin de cuentas, una caricatura no solo intelectualmente ofensiva con quienes creen sinceramente, sino irreal, un falso prototipo del creyente, que –por si hiciera falta– también piensa, duda y controvierte. Pero confía en Dios y se adhiere a unas verdades cuya comprensión plena es humanamente imposible, porque revisten un carácter misterioso e insondable.
La crítica ilustrada de la religión ha sido muy revaluada, y en eso, nuestras personalidades evidencian una profunda ignorancia de la doctrina religiosa, del magisterio de los últimos pontífices, y del debate intelectual contemporáneo. Tal desconocimiento los sujeta invenciblemente a sus prejuicios. Los procesos de reislamización, la singularidad de la experiencia político-religiosa norteamericana, el auge del fundamentalismo y el fanatismo religiosos, el influjo público Pontificado de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, la masiva presencia de inmigrantes religiosos en las sociedades occidentales, la política de identidades, y las críticas a la teoría dominante de la secularización, son algunos de los hechos que en los últimos años han cuestionado el discurso políticamente correcto sostenido por las élites occidentales, según el cual avanzamos inexorablemente hacia una era de razón autónoma sin religión.
Hoy muchos intelectuales no creyentes cuestionan el carácter secularizado y agnóstico del mundo contemporáneo, destacando la racionalidad de la experiencia religiosa. Michael Burleigh, John Gray, André Glucksmann, Joseph Weiler, Gustavo Bueno, Sari Nusseibeh, Wael Farouq, Marcello Pera, y Jürgen Habermas son algunos de quienes seguramente nuestras personalidades aún no han tenido oportunidad de leer.
La crítica y revisión de los paradigmas ilustrados y secularizados es desconocida por los autores del texto. O en todo caso, no añade ningún argumento contraevidente, no cuestiona sus juicios, no permite matices más allá de la propia experiencia personal. Al eludir las evidencias, y al poner entre paréntesis los datos incómodos, su discurso agnóstico o indiferente (más que ateo) no sólo se hace frágil, sino que explica el tono panfletario, casi de arenga anti-religiosa de varios ensayos.
Por ello, más serio, más plural (en su ánimo propagandístico o de “ateísmo proselitista” éste libro no lo es), mejor informado y documentado, y más honesto intelectualmente, me pareció el libro “Dios salve la razón", publicado recientemente por Ediciones Encuentro de Madrid. Allí, intelectuales procedentes de diversas tradiciones culturales, filosóficas y religiosas debaten el discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona. Éste libro sí ayuda a sacudirse. Sobre todo, del anacrónico provincianismo ilustrado.
Apostilla: Ante nuestro posible acuerdo militar con Estados Unidos, ¿será que la diplomacia del Gobierno y la información veraz podrán contrarrestar las reacciones demagógicas, irracionales y populistas de Chávez y sus corifeos? ¿O estamos condenados a aguantar cíclicamente sus sandeces?
Publicado en El Mundo, Medellín, 6 de agosto de 2009.
La reseña del libro puede leerse en: http://biblioteca.unisabana.edu.co/abc/archivos/manual_ateologia.pdf
Bogotá, 4 de agosto de 2009.
Comentarios
Coincido por completo en opinar que el libro en cuestión es una colección de superficialidades, disfrazadas de intelectualidad. El que quiera leer una crítica contra la religión que lea a Feuerbach, a Marx o a Nietzsche y en lugar de perder el tiempo con una imitación criolla de Christopher Hitchens (el "tele-evangelista ateo").
Por comentar algo del contenido, me limito a decir que por regla general podría usarse como ejemplo de las falacias ad hominem y de conclusión inatinente. La estructura típica de su argumentación es como sigue: Los cristianos son hipócritas, opresores, machistas, reprimidos (o cualquier otro defecto de un amplísimo catálogo) luego Dios no existe. ¡Qué clase de argumentos son esos!
Camila Herrera
Quizás con excepción de Onfray, hoy eso está en desuso, y por eso, más que ateísmo, me parece que el mundo actual tiene indiferentes religiosos o agnósticos prácticos, quienes me merecen todo el respeto (alguien me escribió poniéndolo en duda), pero cuyas ideas creo que hay que debatir.
Y para citar a ese filósofo de Envigado en la existencia de Dios: "La perspectiva del amor es el encanto del viajero, el encanto de todo lo que vive, la ilusión de todo lo que existe, desde el átomo hasta Dios."
"Nosotros somos péndulos atraídos irremediablemente hacia el centro de la materia. El movimiento no es otra cosa que las reacciones de los seres efectuadas para recuperar la línea dirigida al centro de la gravedad. Y la tierra, y los planetas, y todos los soles se mueven. ¿Qué centro de gravedad los atrae? Los atrae la perfecta armonía, el fin de los fines, Dios." Viaje a Pie. Fernando González.
Frente a la apostilla, -pues por lo demás, el artículo ilustra con toda rigurosidad-, Chavez nos ha condenado a una continua molestia al momento de revisar noticias... Gracias a Dios, la vida ofrece ocupaciones diferentes a ver a nuestro amigo en todos los canales de televisión.
PD: Chávez no pretende decir a Uribe cómo ni de que manera Gobernar en su territorio, mas sin embargo lo hace por obligación moral?
Lástima que Vicky no lo haya precisado más, que no lo haya confrontado más con sus contradicciones (quiero pensar que no quería que Chávez se levantara de la silla y de paso ordenara que le quitaran la cámara).
En síntesis, Chávez vive en un mundo virtual: el de la guerra fría, y uno en el que él no es otra cosa que un dictador, claro, esto último disimulado con su propaganda cada vez más ridícula, y con el silencio cómplice de los presidentes latinoamericanos que ha ido comprando en 10 años.
Triste historia la latinoaméricana: peleándonos con la historia, y tratando de vivir en un mundo que ya no existe.
http://www.letraslibres.com/index.php?art=13631