¿UN PAPA ISLÁMICO-FÓBICO?
Con suma preocupación leo en la prensa internacional la reacción de algunos sectores del mundo musulmán ante la lección magistral que el Papa Benedicto XVI impartiera la semana pasada en la Universidad de Ratisbona. Son muchas las consideraciones que podrían hacerse, pero me centraré tan solo en tres de ellas.
La primera. Pareciera lógico concluir que las reacciones –como las protestas en las calles de la India, Pakistán, Egipto entre otras–, demuestran la validez de las palabras de Benedicto XVI. Es decir, una reacción furibunda, desmedida y amenazante ante la Iglesia –que incluye incendios de iglesias y amenazas de atentados en Roma– demuestran que el uso de la fuerza como solución de las diferencias está muy extendido en el mundo musulmán y que se ha hecho frecuente en los últimos años. Recordemos que algo semejante ocurrió hace unos meses con las viñetas que reprodujeron varios diarios europeos en los que se veía a Mahoma como un terrorista. Dado que esa violencia no ocurre únicamente en el ámbito oriental sino en cualquier lugar del mundo, ponen en riesgo la vida de todos los hombres por igual. Y así, la máxima autoridad de la Iglesia, que ha dicho en varias oportunidades que su primer camino es el hombre, ha reivindicado el valor de la razón –una característica universal del ser humano– relacionándola con la religión –pues fe y razón están en diálogo– y desligándola precisamente de toda manifestación violenta.
La segunda. Lo de la Universidad de Ratisbona fue un discurso académico, no político. Hay que leerlo completo para ver que es así. Por eso creo que se equivocan algunos líderes musulmanes si piensan que las posiciones oficiales de la Iglesia las da a conocer el Papa mediante discursos académicos en una visita pastoral. Como es una lección académica, debería leerse en ése contexto y no en otro.
Quienes somos docentes sabemos que la cátedra concede unas licencias inestimables en nombre de la libertad del pensamiento y el amor a la verdad que la deben presidir. Una de ellas es poder hablar ante el auditorio de cualquier tema examinándolo racionalmente sin que con ello se estén planteando necesariamente posiciones personales. Por eso el Santo Padre ha aclarado que las palabras citadas del Emperador Manuel II Paleólogo no son opiniones suyas. Eso lo sabe cualquiera que haya pasado por un aula de clase alguna vez en su vida y haya visto al profesor tomar un texto de algún autor para ejemplificar o desarrollar alguna cuestión.
La tercera. Para entender este asunto que me temo, apenas comienza, no debe olvidarse que el Islam no hace diferenciación entre la política y la religión. Allí es desconocido el modelo cristiano occidental de la laicidad, según la cual lo político y lo religioso, aunque relacionados en cuanto se fundan en el ser humano, son asuntos autónomos y referidos a ámbitos distintos. Por eso haríamos bien en ver en dichas protestas y manifestaciones la presencia –no siempre explícita– de líderes políticos que persiguen a su vez objetivos políticos, no solo religiosos. En este contexto de indiferenciación política–religión, no debe ser difícil para un político manipular una masa creyente.
A pesar del comprensible malestar que suscitaron las referidas viñetas, también supimos que algunas manifestaciones promovidas por líderes político–religiosos tuvieron motivaciones eminentemente políticas.
Benedicto XVI al plantear que la violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y que por ello, actuar violentamente, es decir, irracionalmente, es ir en contra de Dios, hace una lúcida defensa de la auténtica religión pues la desliga del recurso a la violencia en una época en la que muchos las asocian automáticamente.
Creo que si yo fuera musulmán estaría agradecido con alguien de otra religión que tiene el valor de decirle al mundo entero que no representan al Islam los fanáticos fundamentalistas que explotan por los aires matando de paso a decenas de inocentes en nombre de la religión.
Pero bueno, este mundo, definitivamente, a veces es muy poco razonable.
Nota: El discurso completo de Benedicto XVI se puede leer en:
www.aciprensa.com/benedictoxvi/viajes/alemania06/documento9.htm
Vale la pena para no quedarse únicamente con lo que interpretan los medios de comunicación.
Buenos Aires, 17 de Septiembre de 2006.
Con suma preocupación leo en la prensa internacional la reacción de algunos sectores del mundo musulmán ante la lección magistral que el Papa Benedicto XVI impartiera la semana pasada en la Universidad de Ratisbona. Son muchas las consideraciones que podrían hacerse, pero me centraré tan solo en tres de ellas.
La primera. Pareciera lógico concluir que las reacciones –como las protestas en las calles de la India, Pakistán, Egipto entre otras–, demuestran la validez de las palabras de Benedicto XVI. Es decir, una reacción furibunda, desmedida y amenazante ante la Iglesia –que incluye incendios de iglesias y amenazas de atentados en Roma– demuestran que el uso de la fuerza como solución de las diferencias está muy extendido en el mundo musulmán y que se ha hecho frecuente en los últimos años. Recordemos que algo semejante ocurrió hace unos meses con las viñetas que reprodujeron varios diarios europeos en los que se veía a Mahoma como un terrorista. Dado que esa violencia no ocurre únicamente en el ámbito oriental sino en cualquier lugar del mundo, ponen en riesgo la vida de todos los hombres por igual. Y así, la máxima autoridad de la Iglesia, que ha dicho en varias oportunidades que su primer camino es el hombre, ha reivindicado el valor de la razón –una característica universal del ser humano– relacionándola con la religión –pues fe y razón están en diálogo– y desligándola precisamente de toda manifestación violenta.
La segunda. Lo de la Universidad de Ratisbona fue un discurso académico, no político. Hay que leerlo completo para ver que es así. Por eso creo que se equivocan algunos líderes musulmanes si piensan que las posiciones oficiales de la Iglesia las da a conocer el Papa mediante discursos académicos en una visita pastoral. Como es una lección académica, debería leerse en ése contexto y no en otro.
Quienes somos docentes sabemos que la cátedra concede unas licencias inestimables en nombre de la libertad del pensamiento y el amor a la verdad que la deben presidir. Una de ellas es poder hablar ante el auditorio de cualquier tema examinándolo racionalmente sin que con ello se estén planteando necesariamente posiciones personales. Por eso el Santo Padre ha aclarado que las palabras citadas del Emperador Manuel II Paleólogo no son opiniones suyas. Eso lo sabe cualquiera que haya pasado por un aula de clase alguna vez en su vida y haya visto al profesor tomar un texto de algún autor para ejemplificar o desarrollar alguna cuestión.
La tercera. Para entender este asunto que me temo, apenas comienza, no debe olvidarse que el Islam no hace diferenciación entre la política y la religión. Allí es desconocido el modelo cristiano occidental de la laicidad, según la cual lo político y lo religioso, aunque relacionados en cuanto se fundan en el ser humano, son asuntos autónomos y referidos a ámbitos distintos. Por eso haríamos bien en ver en dichas protestas y manifestaciones la presencia –no siempre explícita– de líderes políticos que persiguen a su vez objetivos políticos, no solo religiosos. En este contexto de indiferenciación política–religión, no debe ser difícil para un político manipular una masa creyente.
A pesar del comprensible malestar que suscitaron las referidas viñetas, también supimos que algunas manifestaciones promovidas por líderes político–religiosos tuvieron motivaciones eminentemente políticas.
Benedicto XVI al plantear que la violencia está en contraste con la naturaleza de Dios y que por ello, actuar violentamente, es decir, irracionalmente, es ir en contra de Dios, hace una lúcida defensa de la auténtica religión pues la desliga del recurso a la violencia en una época en la que muchos las asocian automáticamente.
Creo que si yo fuera musulmán estaría agradecido con alguien de otra religión que tiene el valor de decirle al mundo entero que no representan al Islam los fanáticos fundamentalistas que explotan por los aires matando de paso a decenas de inocentes en nombre de la religión.
Pero bueno, este mundo, definitivamente, a veces es muy poco razonable.
Nota: El discurso completo de Benedicto XVI se puede leer en:
www.aciprensa.com/benedictoxvi/viajes/alemania06/documento9.htm
Vale la pena para no quedarse únicamente con lo que interpretan los medios de comunicación.
Buenos Aires, 17 de Septiembre de 2006.
Comentarios
Todo esto me hace pensar en una orquestada maniobra mediática, cuya finalidad no es otra que crear controversia con el único fin de publicitar o alentar entrentamientos que no vienen al caso.
Pienso además que como Católico tenemos el derecho y deber de decir lo que pensamos y defender nuestros criterios y postura con la misma libertad de la cual gozan todos los demas creyentes, si por ello me han de criticar , pues acepto las críticas pero si piensan armar todo un escándalo mediático, me manifiesto en desacuerdo y pienso en los fines o las intensiones que estan detrás.
Saludos desde Arequipa