Católicos liberales y protestantes conservadores

Acaba de ser publicado un amplio estudio sobre las creencias religiosas de los latinoamericanos. El Pew Research Center de Washington encuestó a más de 30.000 personas en 18 países y Puerto Rico, y concluyó que entre 1970 y 2014 el catolicismo perdió fieles (del 84% al 69%), el protestantismo creció (del 9% al 19%) y los ateos o agnósticos pasaron del 4% al 8%.

El estudio trae datos que ayudan a comprender las costumbres y creencias de la población, factores frecuentemente soslayados por juristas y decisores políticos pues, entre otras cosas, no tendrían evidencia empírica. Muestra también que en América Latina las fronteras entre política y religión son difusas y no quedaron delimitadas quirúrgicamente por unos artículos constitucionales.

En Colombia, por ejemplo, el 50% cree que los líderes religiosos deben tener influencia en la política, y según el 45% el Gobierno debería promover valores y creencias religiosas. En República Dominicana (47%), El Salvador (45%) o Brasil (39%) consideran que los problemas del país pueden ser resueltos por un líder fuerte más que por la democracia.

Con base en el estudio se pueden formular dos hipótesis para el análisis político. La primera es que hay una tendencia liberal y secularizada en el catolicismo. El número de personas que se identifican como católicas, practican y observan los principios doctrinales está en declive. Y en el plano moral, todos los aspectos medidos (aborto, matrimonio entre homosexuales, consumo de alcohol, divorcio, uso de métodos anticonceptivos, y obediencia de las mujeres a sus esposos) muestran una moderada desaprobación que hace previsible un gradual acercamiento a los sectores laicos.

La segunda hipótesis es que hay una tendencia conservadora y tradicionalista en el protestantismo. Básicamente, porque los protestantes son más conservadores que los católicos en todos los asuntos morales. Por ejemplo, la oposición al matrimonio entre homosexuales excede hasta en 27 puntos a la de los católicos. Y con diferencias hasta de 22 puntos, la mayoría de protestantes consideran que el aborto debería ser ilegal en todos o más casos de los actuales.

A ello se añade que un mayor énfasis en la vida moral suele ser, después de la búsqueda de una experiencia personal de la fe y de la identificación con el culto en las nuevas iglesias, la tercera causa de la deserción católica hacia el protestantismo.

Luego, si en América Latina hay una tendencia a un catolicismo más liberal y secularizado, es erróneo señalar a los católicos como los opositores más intransigentes a las cuestiones morales controversiales. Y si estamos ante un protestantismo más conservador, la movilización y el activismo de estas iglesias y comunidades va a tener más relevancia política que los Te Deum y los ocasionales guiños arzobispales a los poderes públicos. 

Publicado en El Espectador, 9 de diciembre de 2014, p. 31.

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