Barricadas en Vitacura
Lo que más me llamó la atención de la exposición fue el breve video que se exhibe en un pequeño espacio oscuro y de espaldas al resto de la muestra ambientado con piedras en el suelo y que recoge imágenes difuminadas tomadas desde cámaras que captan las protestas desde arriba y tienen un sonido inaudible. Estas cámaras enfocan y desenfocan, se mueven hacia un lado y otro como buscando a alguien o algo. Sin embargo, no es posible ver los rostros o gestos de los manifestantes, solo un par de banderas que se agitan durante las protestas, logrando representar el estado emocional de la multitud, del mismo modo que el sonido ambiente de los gritos callejeros de “Libertad, libertad” en las calles de La Habana, recogidos por Tania Bruguera en su exposición “Magnitud 11.9”, exhibida a finales de 2023 en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende captaron el estado anímico de las protestas cubanas.
Por eso, esta exposición es una invitación a salir del lenguaje criminalizante o épico y preguntarse: ¿Cómo hacerse cargo de lo que pasó? Y el arte, que no tiene por qué ser pedagógico, patriótico, apolítico y mucho menos moralizante, puede incomodar. Y si en este caso lo ha conseguido es porque quienes siguen negando lo que pasó y anunciaron qué harían si de ellos dependiera decidir qué se exhibe y qué no, se han sentido aludidos. Y está bien que así sea. Ahora bien, que la referida exposición de la artista cubana sobre las protestas sociales en la isla haya suscitado entonces una reacción similar entre los de la vereda de enfrente solo confirma que los extremos se parecen.
Publicado en Bio bio, 24 de mayo de 2024.


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