Para un 'Nunca más'
Señor Director:
El 23 de julio "El Mercurio" publicó un reportaje en el que, a propósito de la invitación que anunció desde Madrid el Presidente Gabriel Boric de una declaración transversal firmada por todos los partidos políticos condenando el golpe de Estado, consultaba la opinión de un grupo de políticos e intelectuales. Las objeciones podrían resumirse en tres: sospechas de partisanismo, discrepancias sobre lo ocurrido y desacuerdo sobre el contenido del acuerdo. Chile no es el primero ni será el último país en preguntarse cómo cerrar las heridas de un pasado violento. Las experiencias de Alemania, Colombia y Uruguay podrían señalar una hoja de ruta.
Alemania ejemplifica el peso del partisanismo y su superación: desde los años ochenta existe una amplia condena del nacionalsocialismo, pero al mismo tiempo una encuesta de la Deutsche Welle en 2020 mostró que 25 % de encuestados consideran que los crímenes nazis son demasiado recordados y 37 % que los alemanes ya no deberían preocuparse tanto por el pasado nazi. Luego, un acuerdo lo ocurrido no cierra la legítima discusión histórica y sus usos.
El caso colombiano ilustra las discrepancias sobre el pasado. En 2019, a instancias de la Comisión de la Verdad, exintegrantes de varios grupos armados sostuvieron encuentros regulares sobre los motivos contrapuestos que los llevaron a elegir el camino de las armas y firmaron una declaración de Nunca más a la guerra y de rechazo de la violencia como forma de acción política. Es decir, los desacuerdos sobre el pasado no son incompatibles con procesos de reconciliación.
Y finalmente, la reciente conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Uruguay reunió a los expresidentes Sanguinetti, Lacalle y Mujica y al presidente Lacalle Pou en un acto público en el que expresaron su condena común de lo ocurrido y las lecciones que cada quien obtenía para el presente y el futuro del país. En conclusión, un Nunca más polifónico es compatible con las discrepancias sobre el contenido del mismo.
Publicado en El Mercurio, Santiago, 31 de julio de 2023, p. A2.

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