El voto en blanco no es moda: gana terreno

Aunque razonable y lógico, no fue muy persuasivo el consejo de una docena de intelectuales y formadores de opinión de no votar en blanco el día de ayer porque era un voto inconveniente. Alrededor de 800.000 votos a su favor, es decir, casi tres veces más que en 2010 -cuando obtuvo 391.456 sufragios-, una votación mayor a la que obtuvieron partidos con tanta prensa como el Polo y los Verdes obligan a tomarlo en serio. 

El voto en blanco es un voto de protesta, y el de ayer no fue la excepción. Revela que un importante sector de ciudadanos no encuentran en el Congreso el escenario donde se confeccionan leyes que solucionen las dificultades del ciudadano de a pie, debates serios, y ya no digamos control político cuando otros órganos del poder público se desbordan. La insatisfacción y rebeldía que revelan el voto en blanco más alto de los últimos años deben llevar a la clase política a hacer una autocrítica, pues refleja que un porcentaje significativo de la población no encuentra en el sistema político alternativas confiables. 

El voto en blanco como la abstención, que fue superior al 60%, permiten concluir que estamos ante un momento en el que la democracia colombiana se ha empobrecido y la ciudadanía se ha ido despolitizando y volviendo más escéptica.

Algunas causas de ello están en los propios actores del órgano representativo: poca renovación o excesivo delfinismo, sospechas de vínculos con grupos ilegales, campañas demagógicas y populistas, excesivo énfasis en los lugares comunes -como la paz- y pocas propuestas novedosas. El Congreso se ha convertido en un espectador de los problemas del país, y no un ámbito proactivo, representativo y deliberativo. Por eso, la gente lo toma cada vez menos en serio. 

A eso se suma que muchos candidatos creyeron que su mejor carta de presentación era su hoja de vida o lo que ellos mismos dicen de sí mismos, cuando deberían ser los proyectos de ley que presentarían y el control político que promoverían en caso de ser elegidos.  

Más allá de la cantaleta, el voto en blanco ganó. Por eso, se equivocan quienes creen que es una moda pasajera. ‘Míster White’ llegó para quedarse, y en mayo puede dar la sorpresa. 

Publicado en El Colombiano, 10 de marzo de 2014, p. 5

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