Reelección de Santos (y el plan V)

Comentaristas, analistas y formadores de opinión se preguntan si Juan Manuel Santos querrá o no reelegirse. Aunque sin duda es una pregunta relevante no es, sin embargo, la más importante. A juzgar por los hechos -que para el análisis político importan más que los discursos-, la campaña por la reelección comenzó hace rato, contraviniendo el plazo de seis meses que define la ley de garantías para que el candidato-presidente lo anuncie formalmente.

Aunque el Presidente quiere reelegirse, la gran pregunta es si tendrá el camino allanado para que su candidatura sea viable. El aparato burocrático del Estado y la mermelada de la Unidad Nacional son razones de peso para aspirar a otro período. Sin embargo, desde el Paro Agrario Nacional las encuestas le muestran semanalmente dos hechos que le indican que quizás lo más prudente en la partida de mayo sea abstenerse: el primero indica que su popularidad está estancada entre el 21 y el 30%. El segundo revela que alrededor del 70% están en desacuerdo con su reelección.

¿Qué posibilidades tiene de revertir la situación? El proceso de paz, la principal apuesta política del Presidente ajustó un año y tan sólo se ha acordado uno de cinco puntos de la agenda. Hasta los más optimistas han empezado a dudar. Luego, Santos aún no tiene logros concretos para pedirle al electorado que le otorgue continuidad para agenciar el posconflicto. Y las FARC, que deberían saber que cualquier otro candidato que se imponga en 2014 impondrá otro ritmo o terminará con el proceso (como anunció Óscar Iván Zuluaga, por ejemplo), siguen jugando a alargar la agenda y a probar la paciencia de los colombianos con gestos que sólo generan resistencias. En vez de darle una mano a su interlocutor han contribuido a acrecentar la presión sobre él para que endurezca su posición o, incluso, suspenda o concluya la negociación. 

¿Qué viene ahora? El Presidente intentará ganar tiempo apostándole a un avance en La Habana mientras sus áulicos continuarán desacreditando al candidato del uribismo, quien hoy aparece como el rival más fuerte del oficialismo, al menos mientras toma forma una tercería. Probablemente la decisión de si lanzarse o no se aplazará hasta comienzos de 2014. En ese momento sabremos si Juan Manuel Santos tiene el impulso suficiente para cuatro años más. Si no es así, le quedará resignarse a impulsar su plan V. 

Publicado en El Colombiano, 6 de noviembre de 2013. 

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