Alternancia
Se vienen esgrimiendo públicamente muchos argumentos en contra de una segunda reelección del Presidente Uribe. Entre ellos el más sobresaliente es el que destaca su inconveniencia para las instituciones y la democracia del país. Sin embargo, yo creo que al debate le está faltando algo de sinceridad, y con ello, algo de agudeza politológica. Me explico. No se ha dicho claramente que hay sectores en el país que quieren acceder a gobernar. Para otros es volver a hacerlo. Obviamente es una aspiración legítima, pero que se seguirá desdibujando mientras Uribe esté en el poder, entre otras cosas, porque él ha interpretado mejor que nadie el principal reclamo ciudadano (la seguridad), y con la apabullante popularidad que se sigue de ello ha neutralizado a sus contrincantes políticos, incluidos quienes defienden sus tesis.
Insisto, se debería decir con claridad que hay sectores políticos que quieren gobernar el país, pues esa aspiración es legítima y válida. Porque sostener que una segunda reelección lleva a la dictadura como hizo el senador Petro, o que en el país sólo hay un poder, el ejecutivo, como afirma el editorial de la revista Semana es falso. Esto último no sólo es contradictorio con la férrea defensa que la revista ha hecho del papel de la Corte Suprema en el caso de la parapolítica (destacando siempre su independencia y firmeza), sino que además desconoce la total libertad que tienen medios como Semana, El Espectador, Noticias Uno, o Caracol Radio, además de periodistas y columnistas para publicar sin cortapisas sus críticas al Gobierno.
A mí el argumento que más me convence para estar en contra de la segunda reelección del Presidente, y en esto soy totalmente schumpeteriano, es el de la alternancia, es decir, la democracia supone el relevo de las élites gobernantes, y si Álvaro Uribe no se hace al costado en 2010 estaremos sacrificando una importante generación de líderes que perfectamente podrían continuar las políticas exitosas del actual Gobierno, e implementar otras.
Temo que la exageración o falsedad de los argumentos, así como la indignación de tantos intelectuales y formadores de opinión no persuadirán a los reeleccionistas. Quizás generan el efecto contrario.
Buenos Aires, 10 de mayo de 2009.
Insisto, se debería decir con claridad que hay sectores políticos que quieren gobernar el país, pues esa aspiración es legítima y válida. Porque sostener que una segunda reelección lleva a la dictadura como hizo el senador Petro, o que en el país sólo hay un poder, el ejecutivo, como afirma el editorial de la revista Semana es falso. Esto último no sólo es contradictorio con la férrea defensa que la revista ha hecho del papel de la Corte Suprema en el caso de la parapolítica (destacando siempre su independencia y firmeza), sino que además desconoce la total libertad que tienen medios como Semana, El Espectador, Noticias Uno, o Caracol Radio, además de periodistas y columnistas para publicar sin cortapisas sus críticas al Gobierno.
A mí el argumento que más me convence para estar en contra de la segunda reelección del Presidente, y en esto soy totalmente schumpeteriano, es el de la alternancia, es decir, la democracia supone el relevo de las élites gobernantes, y si Álvaro Uribe no se hace al costado en 2010 estaremos sacrificando una importante generación de líderes que perfectamente podrían continuar las políticas exitosas del actual Gobierno, e implementar otras.
Temo que la exageración o falsedad de los argumentos, así como la indignación de tantos intelectuales y formadores de opinión no persuadirán a los reeleccionistas. Quizás generan el efecto contrario.
Buenos Aires, 10 de mayo de 2009.
Comentarios
Por otra parte creo que continuar evitando que ésta nueva generación de líderes llegue al poder y renueve la geografía política podría traer como consecuencia la ineptitud para ejercer el poder en el momento en que lo tengan que asumir tras la ausencia de un presidente reelecto por 4° o 5° vez.