Maquiavelo tenía razón

Samuel Moreno Rojas, nieto de uno de los pocos dictadores que ha tenido Colombia, el General Gustavo Rojas Pinilla, es el candidato a la Alcaldía de Bogotá que, a unas horas de las elecciones lidera las encuestas, respondió en un debate con los demás candidatos televisado por Caracol que compraría 50 votos si con ello pudiera salvar a la ciudad de alguien que estaría dispuesto a comprar 50 mil votos.

Desde que los debates en televisión de los candidatos a un cargo de elección popular se han hecho frecuentes, la importancia de éstos ha ido en aumento. Por la naturaleza misma de la ocasión: millones de potenciales electores cautivos por unos minutos. Es la ocasión perfecta para formar una opinión entre quienes aún no los conocen y consolidar los apoyos entre quienes ya son seguidores. Por ello, los candidatos se preocupan de dar una imagen renovada, fresca, audaz, confiable y de estadistas. Frente a la televisión, el nerviosismo, una imagen rígida o postiza, la inseguridad, una mal apariencia física pueden ser fatales y tirar por la borda meses de campaña en las calles y de trabajo de los asesores.

Sin embargo, el contenido de las respuestas a las preguntas generalmente pasa a un segundo plano. Por el poco tiempo que se da a las respuestas en estos espacios televisivos, pero también porque el propósito no es convencer a nadie con grandes argumentaciones sino dar una imagen de confiabilidad y seguridad como futuro gobernante.
En éste caso ha sucedido todo lo contrario. La respuesta de Samuel Moreno es políticamente incorrecta pero muy grafica en cuanto fue contundente e indubitable Más aún, que luego se retractara y mintiera sobre las circunstancias del asunto ratificó que había sido totalmente conciente en lo que dijo.

Más allá de los posibles efectos que pueda tener en unas elecciones que serán muy reñidas, habría que sacar lecciones de ello, y obviamente, más allá del escenario electoral de Bogotá. Creo que Antanas Mockus, quien formuló la genial pregunta, tiene razón cuando señaló posteriormente que lo que él dijo es lo que muchos dirigentes saben que no deben decir, pero hacen.
Pero en síntesis, se me ocurre que Maquiavelo tenía razón: los políticos están dispuestos a cualquier cosa con tal de alcanzar o mantenerse el poder. Para los políticos en general, el fin justifica los medios. Todos lo sabemos, lo que pasa es que ahora alguien lo dijo sin tapujos. El cálculo de Moreno fue muy sencillo: comprar 50 es menos grave que 50.000, por lo tanto, ¿cómo no se va hacer? Que comprar votos sea inmoral es una cuestión de otra naturaleza, en éste caso, secundaria.

Creo que a Moreno lo traicionó el inconsciente, pero en buenahora porque lo que necesitan los votantes antes de las elecciones es saber realmente qué es lo que van a hacer los candidatos. No solo retórica, no solo discurso, no solo buenas poses para las cámaras. No solo imágenes de futuros gobernantes políticamente correctos.

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Lima, 24 de Octubre de 2007.