DUELE COLOMBIA


Hoy, miles de colombianos marchan por las calles de algunas ciudades del país y del exterior para condenar el secuestro. La iniciativa surgió porque desde el pasado jueves se conoció que las FARC hicieron otra vez algo que nos duele cada vez que lo recordamos: asesinaron a 11 de los 12 diputados del Valle que tenían secuestrados hace 5 años.
Como si se tratara de un relato de terror, hoy, solidarios con las familias, nos unimos para pedirles que por lo menos entreguen sus cadáveres para darles cristiana sepultura.

En momentos como éstos, es muy difícil estar fuera del país. Es imposible no sentir que la patria nos necesita a todos. Desde una visión más optimista, uno se consuela pensando que desde fuera también se trabaja por el país. Claro, y por cosas muy grandes también.

Sin embargo, yo, que no puedo marchar hoy, solo tengo una oración de solidaridad con mis compatriotas, y algunas preguntas que me siguen punzando en el corazón:
¿Cuánto tiempo más durará este conflicto que día a día enluta a familias enteras de colombianos? ¿Cuánto dolor puede soportar un pueblo? ¿Cuándo tendremos un apoyo efectivo e incondicional de la comunidad internacional que ayude a cerrarle el cerco a quienes han hecho del secuestro y el narcotráfico su oficio? ¿Cuándo algunos países que irónicamente se dicen amigos de Colombia dejarán de darles refugio a los guerrilleros; dejarán de financiarlos porque creen que son una suerte de Robin Hoods criollos; y dejarán de legitimarlos con un discurso que los equipara de un plumazo con las autoridades legítimas del Estado?

Después de tantos años cautivos en el monte, ¿cuándo regresarán a casa los miles de secuestrados?
Esta pregunta, particularmente me encoge el corazón, y me temo que falta mucho para que se resuelva…

Dios que todo lo puede, ojala permita que los corazones de los guerrilleros de las FARC, unos individuos que los colombianos de bien nos empeñamos en creer que tienen alma como cualquier ser humano, se conmuevan y se den cuenta que en estos 40 años nada han ganado, y más aún, que tarde o temprano, van a perder.

Arequipa, 5 de julio de 2007.

Comentarios

Anónimo dijo…
Definitivamente como nos duele Colombia, en estos momentos estan de luto no solo las familias de los secuestrados si no cada uno de los Colombianos de bien que nos rehusamos a tanta violencia, a tanto horror, a tanta indolencia, como se puede llamar colombianos a estas personas que todos los días hieren y hieren a nuestro País???
Desde la distancia elevo una oración por cada uno de mis compatriotas secuestrados y por los que han muerto martires en medio de esta ilogica guerra.

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